Mito Palma de Chontaduro
Antes del ser humano estuvieron las plantas. Los Carares son una semilla transformada que emergió de las entrañas de la madre tierra. De las raíces del chontaduro emergió la semilla del ser humano, esa semilla transformada se convirtió en frutos que ascendían y apareció el hombre dejando su huella sobre la tierra.
Entre el cielo y la tierra, se encuentra el mundo de los hombres echando raíces en lo terrestre y creciendo con sus ramas de vida en contacto con el cielo. Como semilla original de vida el ser humano lleva en sí mismo toda la creación visible e invisible.
Los indígenas carares son hijos de la palma de chontaduro; ella les dio el espíritu ancestral en su ser. La palma es una receptora que escucha y guarda todo lo que hay a su alrededor y en su crecimiento se vuelve madera fina que no se carcome. Los corozos de las palmas de chontaduro tienen forma de rostros, con su superfcie espinosa que asemeja vellos humanos en crecimiento.
La Palma de Chontaduro es el símbolo y el diagrama para comprender la vida y el cuerpo en los carares. Es un espejo en el que nos podemos ver, en ella descubrimos el arte de vivir en concordancia con lo que las plantas nos enseñan. En la palma de chontaduro está dibujado el cuerpo, y en el cuerpo el Calendario.
